Comentario
De cómo hizo Nezahualcoyotzin casas de recreación, bosques y jardines y la gente que mandó ocupar en su adorno Y en el de las casas reales y cerco de ellas
Demás de los jardines que tenía el rey Nezahualcoyotzin llamados Hueitecpan y en los palacios de su padre llamados Cillan y en los de su abuelo el emperador Techotlalatzin, hizo otros, como fueron el bosque tan famoso y celebrado de las historias, Tetzcotzinco, y el de Quauhyácac, Tzinacanóztoc, Cozcaquauhco, Cuetlachatitlan o Tlatéitec y los de la laguna Acatelelco y Tepetzinco: asimismo señaló lo mejor de la montaña, en donde iba a caza cuando tenía algunos ratos de desenfado. Estos bosques y jardines estaban adornados de ricos alcázares suntuosamente labrados, con sus fuentes, atarjeas, acequias, estanques, baños y otros laberintos admirables, en los cuales tenía plantadas diversidad de flores y árboles de todas suertes, peregrinos y traídos de partes remotas; además de lo referido, tenía señaladas cinco suertes de tierras, las más fértiles que había cerca de la ciudad, en donde por gusto y entretenimiento le hacían sementeras, hallándose el beneficio de ellas personalmente, como era en Atenco que está junto a la laguna en el pueblo de Papalotlan y en los de Calpolanzan, Mazaapan y Yahualiuhcan. Para el adorno y servicio e estos palacios y jardines y bosques que el rey tenía, se ocupaban los pueblos que caían cerca de la corte por sus turnos y tandas; de los cuales para el servicio, adorno y limpieza de los palacios del rey, eran señalados los pueblos de Huexotla, Coatlichan, Coatépec, Chimalhuacan, Iztapalocan, Tepetlaóztoc, Acolman, Tepechpan, Chicuhnautla, Teyoyocan, Chiauhtla, Papalotla, Xaltocan y Chalco, que servían medio año, el otro medio año era a cargo de los pueblos de la campiña, que eran Otompan, Teotihuacan, Tepepolco, Zempoalan, Aztaquemecan, Ahuatépec, Axapochco, Oztotípac, Tizayocan, Tlalanapan, Coyóac, Quatlatlauhcan, Quatlaeca y Quauhtlatzinco. Para la recámara del rey estaban señalados los pueblos de Calpolalpan, Mazaapuh, Yahualiuhcan, Atenco y Tzihuinquilocan; y para los bosques y jardines las provincias de Tolantzinco, Quauhchinanco, Xicotépec, Pauhatla, Yauhtépec, Ahuacayocan y Quauhnáhuac, con sus pueblos sujetos, acudiendo por su turno y tanda al dicho efecto, teniendo cada provincia t pueblo a su cargo el jardín, bosque o labranza que le era señalado. De los jardines, el más ameno y de curiosidades fue el bosque de Tetzcotzinco, porque demás de la cerca que tenía tan grande para subir a la cumbre de él y andarlo todo, tenía sus gradas, parte de ellas, hecha de argamasa, parte labrada en la misma pena; y el agua que se traía para las fuentes, pilas, baños y canos que se repartían para el riego de las flores y arboledas de este bosque, para poderla traer desde su nacimiento, fue menester hacer fuertes y altísimas murallas de argamasa desde unas sierras a otras, de increíble grandeza, sobre la cual hizo una tarjea hasta venir a dar en lo más alto del bosque; y a las espaldas de la cumbre de él, en el primer estanque de agua, estaba una peña, esculpida en ella en circunferencia los años desde que había nacido el rey Nezahualcoyotzin hasta la edad de aquel tiempo y por la parte de afuera los años, en fin de cada uno de ellos asimismo esculpidas las cosas más memorables que hizo; y por dentro de la rueda esculpidas sus armas que eran una casa que estaba ardiendo en llamas y deshaciéndose; otra que estaba muy ennoblecida de edificios y en medio de las dos un pie de venado, estaba en él una piedra preciosa y salían del pie unos penachos de plumas preciosas; asimismo una cierva y en ella un brazo asido de un arco con unas flechas y como un hombre armado con su morrión y orejeras, coselete y dos tigres a los lados de cuya boca salían agua y fuego y por orla doce cabezas de reyes y señores y otras cosas que el primer arzobispo de México don fray Juan de Zumárraga mandó hacer pedazos, entendiendo ser algunos ídolos y todo lo referido era la etimología de sus armas; y de allí se repartía esta agua en dos partes, que la una iba cercando y rodeando el bosque por la parte del norte y la otra por la del sur. En la cumbre de este bosque estaban edificadas unas casas de manera de torre y por remate y chapitel estaba hecha de cantería una como a manera de maceta y dentro de ella salían unos penachos de plumería, que era la etimología del nombre del bosque; y luego más abajo hecho de una peña un león de más de dos brazas de largo con sus alas y plumas, estaba echado y mirando a la parte del oriente, en cuya boca asomaba un rostro que era el mismo retrato del rey, el cual león estaba de ordinario debajo de un palio hecho de oro y plumería; un poquito más abajo estaban tres albercas de agua y en la del medio estaban en sus bordos tres ranas esculpidas y labradas en la misma peña, que significaban la gran laguna y las ranas las cabezas del imperio; y por un lado (que era hacia la parte del norte) otra alberca y en una peña esculpido el nombre y escudo de armas de la ciudad de Tolan, que fue cabecera del imperio de los tultecas; y por el lado izquierdo que caía hacia la parte del sur estaba la otra alberca; y en la peña esculpido el escudo de armas y nombre de la ciudad de Tenayocan que fue la cabecera del imperio de los chichimecas y de esta alberca salía un caño de agua que saltando sobre unas peñas salpicaba el agua, que iba a " caer en un jardín de todas flores olorosas de tierra caliente, que parecía que llovía con la precipitación y golpe que daba el agua sobre la peña. Tras de este jardín se seguían los baños hechos y labrados de peña viva, que con dividirse en dos baños eran de una pieza; y por aquí se bajaba asimismo por una peña grandísma de unas gradas hechas de la misma peña, tan bien labradas y lisas que parecían espejos y por el pretil de estas gradas estaba esculpido el día, mes, año y hora en que se le dio aviso al rey Nezahualcoyotzin de la muerte de un señor de Huexotzinco a quien quiso y amó notablemente y le cogió esta nueva cuando se estaban haciendo estas gradas: luego consecutivamente estaban el alcázar y palacios que el rey tenía en el bosque, en los cuales había entre otras muchas salas, aposentos y retretes, una muy grandísima y delante de ella un patio, en la cual recibía a los reyes de México y Tlacopan, y a otros grandes señores cuando se iban a holgar con él y en el patio se hacían las danzas y algunas representaciones de gusto y entretenimientos. Estaban estos alcázares con tan admirable y maravillosa hechura y con tanta diversidad de piedras, que no parecían ser hechos de industria humana, el aposento en donde el rey dormía era redondo, todo lo demás de este bosque, como dicho tengo, estaba plantado de diversidad de árboles y flores odoríferas; y en ellos diversidad de aves, sin las que el rey tenía en jaulas traídas de diversas partes, que hacían una armonía y canto que no se oían las gentes; fuera de las florestas, que las dividía una pared, entraba la montaña en que había muchos venados, conejos y liebres, que si de cada cosa muy en particular se describiese y de los demás bosques de este reino, era menester hacer historia muy particular.